jueves, 2 de abril de 2009

ORFEBRERIA TAIRONA

(Pieza Carátula)No. Catálogo: 30.199Colgante antropomorfo fundidoa la cera perdida, procedente del ríoDon Diego, Departamento del Magdalena. Dimensiones:5.8 de ancho por 7.1 de altoPeso: 37.50 gms DESARROLLO DE LA ORFEBRERIA TAIRONA EN LA PROVINCIA METALÚRGICA DEL NORTE COLOMBIANO



Las áreas orfebres prehispánicas del centro y norte de Colombia y el istmo centroamericano, estuvieron involucradas durante siglos en una esfera de influencias mutuas. Formaron una misma "provincia metalúrgica" donde se advierte la presencia de muchas formas comunes y de una tecnología similar que favorece el uso de las técnicas de fundición, las aleaciones de oro y cobre (tumbaga) y el dorado por oxidación. (Plazas y Falchetti, 1978. 1985 Bray, 1978. Ms.). En territorio colombiano, se incluyen en esta "provincia metalúrgica del norte", las áreas orfebres conocidas como Quimbaya, en el valle medio del río Cauca, Sinú (o Zenú), en las llanuras del Caribe, Tairona en la Sierra Nevada de Santa Marta, y Muisca en las altiplanicies de la Cordillera Oriental. Desde los comienzos de la era cristiana, hasta una época cercana al año 1000 d. de C., técnicas, formas e ideas fueron transmitidas de una región a otra; piezas relacionadas por sus formas y tecnología fueron producidas en regiones que forman un continuo initerrumpido sobre un extenso territorio. Estas tradiciones generalizadas constituyen un substrato metalúrgico que nutriría el desarrollo de los estilos regionales que ya se formaban en esa época en la provincia metalúrgica del norte. En cada área orfebre, se desarrollaría una orfebrería característica y única, formada por piezas cuya función, estilo e iconografía estaban guiados por el contexto social y cultural propio de las comunidades que las produjeron en su época de mayor consolidación y estabilidad.
Así, la orfebrería Sinú o Zenú de las llanuras del Caribe, ya existía como conjunto particular y único hacia los años 500-1000 d. de C., -cuando ya se había consolidado la sociedad Zenú-, prolongándose hasta la conquista española. La orfebreria muisca y tairona, adquirían su carácter particular, al tiempo de la mayor estabilidad de estas sociedades de habla chibcha, en una época comprendida entre los años 800-1000 d. de C. y la conquista.

Lám. 1 Recipiente antropomorfo fundido, perteneciente al tesoro de los Quimbayas.
El presente articulo , analiza los procesos culturales en la provincia metalúrgica del norte colombiano, enfatizando el desarrollo de la orfebrería tairona, según los datos disponibles hasta el momento. Múltiples interrelaciones en la Provincia Metalúrgica del Norte, antes del año 1000 d . de C.
Desde los comienzos de la era cristiana, se extendieron es esta área tradiciones metalúrgicas representadas por las piezas cuyos orígenes anteceden a la consolidación de los estilos regionales y cuya distribución trasciende las fronteras entre áreas culturales. Se extendieron en una amplia región que incluye el valle del río Cauca, las llanuras del Caribe, la zona de Urabá, el istmo centroamericano y, de manera más tangencial, la Sierra Nevada de Santa Marta. Las formas involucradas son:
- Una serie de piezas relacionadas entre sí, colocadas aquí bajo el nombre de "tradición quimbayoide". (Láms. 1-2).
- Pectorales con espirales divergentes. (Lám. 3).
- Colgantes y pectorales fundidos en tumbaga en forma de aves bicéfalas con alas desplegadas. (Lám. 4).
- Colgantes en forma de animales con cola levantada. (Láms. 5-6-7).
- Colgantes antropomorfos con tocado recurvado. (Láms. 8-9).
- Figuras humanas esquematizadas conocidas con el nombre de colgantes "Darien". (Láms. 10-11).
Al analizar estos procesos en el istmo centroamericano, W. Bray incluye pectorales con espirales divergentes, aves bicéfalas simples y algunos animales de cola levantada procedentes de hallazgos documentados, en el conjunto más antiguo conocido para la orfebrería del istmo, denominado "Grupo Inicial", cuya ubicación cronológica estaría entre los comienzos de la era cristiana y el 600 d. de C. Aves bicéfalas y animales de cola levantada, también existen en el conjunto denominado "Grupo Internacional", con cronología estimada en 400- 900 d. de C. En este último se incluyen también los colgantes antropomorfos y las piezas de la tradición quimbayoide. (Bray, Ms. Cooke y Bray, 1975). Aunque estos grupos incluyen piezas elaboradas en épocas diferentes, es evidente que forman un continuo ininterrumpido y que varias formas coinciden en el tiempo y el espacio.

Lám. 2. Colgante antropomorfo con rasgos quimbayoides.

Lám 3 Pectoral con espirales divergentes.
La Tradición Quimbayoide
En una época anterior al año 1000 d. de C., se registró la influencia de esta tradición en la provincia metalúrgica del norte y el istmo centroamericano. La orfebrería conocida como "quimbaya clásica" o "quimbaya temprana", ha sido definida básicamente a partir del estudio del Tesoro de los Quimbayas, hoy en el Museo de Américas de Madrid, constituido por piezas halladas en el municipio de Filandia en el departamento del Quindío. (v. Pérez de Barradas, 1966. Plazas, 1978). Esta orfebrería es notable por la maestría en el manejo de las técnicas de fundición y las aleaciones de oro y cobre, utilizadas para fabricar piezas huecas y pesadas y por el realismo de las representaciones antropomorfas. (Lám. 1). Pérez de Barradas diferenció este conjunto de otras manifestaciones orfebres del valle del río Cauca, sugiriendo que era anterior al año 1000, cuando el área fue ocupada por grupos diferentes. (Pérez de Barradas, 1966: 83). Datos más recientes confirman que esta orfebrería no corresponde a las ocupaciones tardías del área y que se asocia a la cerámica denominada Marrón Incisa, perteneciente a comunidades anteriores. (Bruhns, 1970: 7-8. Plazas, 1978: 25. Bray, 1978:51). Esas asociaciones permiten ubicar la producción de la orfebrería quimbaya clásica, en una época comprendida aproximadamente entre los años 400-1000 d. de C.*
La distribución de piezas relacionadas en territorio colombiano, abarca el curso alto y medio del río Cauca. Por el norte se extienden hasta el Cauca antioqueño y la región de Caucasia en los límites con el Zenú. (v. Plazas, 1978: fig. 2). Más recientemente, piezas de orfebrería quimbaya han sido reportadas en el valle medio del río Magdalena. (Castaño, 1985).
La orfebrería hallada en esas regiones se relaciona estrechamente con las piezas del Tesoro de los Quimbayas por sus formas específicas y su tecnología. Aunque no podríamos hablar de un núcleo de origen y difusión, puesto que la distribución de las piezas es gradual, sí podemos afirmar que los valles de los ríos Cauca y Magdalena compartieron una orfebrería con fuerte identidad caracterizada por una serie de rasgos que se agrupan de manera coherente. Al alejarnos de esas regiones, el conjunto parece romperse, aunque seguimos encontrando rasgos similares a la orfebrería quimbaya en piezas diseminadas en buena parte del occidente colombiano y el istmo centroamericano. Esta es el área de influencia de la tradición quimbayoide, cuya presencia se advierte principalmente por rasgos similares a la orfebrería quimbaya que se incorporan en figuras antropomorfas (Lam. 2) de diversas regiones, aunque modificados por normas locales en la producción orfebre: se trata de figuras humanas de formas suaves, rostros apacibles con ojos semi-cerrados, diademas, orejeras múltiples, ligaduras en brazos y piernas y espirales a los lados de la cabeza como estilización de las orejas.

Lám. 4. Pectoral en forma de ave bicéfala procedente de San Benito Abad, en el bajo río Sán Jorge.

Lám. 5. Colgante en forma de animal con cola levantada. Valle medio del rio Cauca.


Lám 6-7. Colgantes en foema de felino. Sierra Nevada de Santa Marta.
La influencia de la tradición quimbayoide alcanzó el área tairona de manera tangencial y tal vez a través de regiones intermedias. Allí han sido halladas figuras antropomorfas con rasgos quimbayoides (págs. 16-17) y fue utilizada una tecnología con orientación similar a la quimbaya. Influyó también la región de Urabá en el noroeste colombiano y su presencia se sintió con fuerza en centroamérica, donde variadas figuras humanas de carácter local muestran sin embargo rasgos similares a la orfebrería quimbaya. Allí forman parte del llamado "Grupo Internacional" de orfebrería. (Bray, Ms.).
Otras piezas de amplia distribución
Pectorales con espirales divergentes (Lám. 3) martillados en oro de alta ley, con forma similar a los ejemplares del "Grupo Inicial" centroamericano, han sido hallados esporádicamente en las llanuras del Caribe, la región de Urabá y el valle medio del río Cauca. Piezas con esta forma se popularizaron en las zonas bajas al norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Fundidos en tumbaga y dorados superficialmente, se identifican por su tecnología con la orfebrería tairona, aunque su falta de contexto no permite conocer su época ni su asociación cultural.
Colgantes en forma de aves bicéfalas con alas desplegadas, de cabeza plana, pequeños y simples, relacionados con los del "Grupo Inicial" centroamericano, han aparecido en distintas regiones de las llanuras del Caribe. Ejemplares más grandes y vistosos, en que se distinguen claramente las cabezas de aves de pico curvo, (Lám. 4) proceden del valle del río Cauca, las llanuras del Zenú y el norte de la Sierra Nevada de Santa Marta. Similares entre sí, estas piezas no presentan rasgos distintivos de la orfebrería quimbaya, zenú o tairona. Al mismo tiempo, tienen similitud con ejemplares hallados en el sur de Panamá y la vertiente atlántica de Costa Rica; en Panamá, su ubicación cronológica estaría hacia los años 700-900 d. de C. (Bray, Ms.). Las aves bicéfalas, podrían ser representantes ancestrales de los pectorales ornitomorfos que después serían comunes en conjuntos orfebres ya consolidados de la provincia del norte; se popularizaron, por ejemplo, entre tahonas y muiscas, quienes dieron a estas piezas la fuerza estilística y el carácter tecnológico particular de su orfebrería.
Animales con cola levantada y actitud expectante, muchos de ellos tan estilizados que dificultan una identificación, (Lám. 5-6-7) han aparecido en el valle medio del río Cauca, las llanuras del Caribe, la región de Urabá, y esporádicamente en la Sierra Nevada de Santa Marta. Sus formas muestran cierto regionalismo a pesar de estar unidas por elementos comunes. Piezas relacionadas en Panamá y Costa Rica, incluidas en el "Grupo Inicial", fueron producidas desde los comienzos de la era cristiana y otras variantes corresponden al período comprendido aproximadamente entre el 500 y 900 d. de C. (Bray, Ms.). Existen piezas contemporáneas con la tradición quimba- yoide, como se advierte por la presencia de pequeños colgantes en forma de animales de cola levantada en el Tesoro de los Quimbayas (Pérez de Barradas, 1966: fig. 28).

Lám. 8. Colgante antropomorfo con tocado recurvado. Fundido tumbaga. Valle medio del río Cauca. (?)

Lám. 9. Colgante con cuerpo zoomorfo y cabeza antropomorfa. Fundido en tumbaga y dorado. Procedente de Colosó (Serranía de San .Jacinto;.
En este variado conjunto, merecen destacarse algunos que mantienen la actitud expectante y la cola levantada, al tiempo que presentan evidentes rasgos de felino. Algunos, procedentes de las llanuras del Caribe y la zona costera al norte de la Sierra Nevada de Santa Marta (Lám. 6) recuerdan piezas del Zenú**. Otros, procedentes de la región de la Sierra Nevada (Lám. 7) se distinguen por un realismo que contrasta con los felinos de la orfebrería tairona. Aquellos, parecen ser los ancestros de los felinos que se integrarían en los conjuntos orfebres zenú y tairona adquiriendo un fuerte carácter local; los taironas, agresivos, complejos, recargados y frecuentemente mezclados con rasgos de batracio y serpiente; los del Zenú, más realistas y apacibles.

Lám. 10. Colgante antropomorfo fundido en en tumbaga. Procedente de San Rafael, Antioquia. La cara presenta rasgos quimbayoides y la parte inferior es similar a la de los colgantes "Darién".

Lám. 11. Colgante "Darién" procedente de la Serranía de San Jacinto.
También atestiguan las fuertes relaciones entre el centro y norte de Colombia y el istmo centroamericano, los colgantes antropomorfos con tocado formado por una proyección central y dos aletas curvadas a los lados (Láms. 8-9) y los colgantes "Darien" que representan figuras humanas esquematizadas con una serie de rasgos distintivos (Láms. 10-I l). El análisis de sus rasgos formales y tecnológicos, permite establecer variaciones regionales y es aparente que piezas de estas clases fueron producidas antes del año 1000 d. de C., siendo contemporáneas de la expansión de la tradición quimbayoide.
Colgantes antropomorfos realistas con tocado recurvado, fundidos en oro o en tumbaga rica en oro (Lám. 8) son generalmente clasificados como "Sinú". Sus vagas procedencias señalan a las llanuras del Zenú y al valle medio del río Cauca. Sus características tecnológicas y sus rasgos faciales se relacionan con la orfebrería zenú, pero muestran, en ocasiones cierto parentesco con la quimbaya: es el caso de los personajes con ligaduras en las piernas que sostienen en sus manos una barra con placas colgantes. (Lám. 8). En Panamá y Costa Rica, ejemplares relacionados con los anteriores presentan un fuerte carácter local y en ocasiones incorporan rasgos quimbayoides; pertenecen al "Grupo Internacional". (Bray, Ms.).
Los colgantes "Darien" y piezas relacionadas, fundidos en oro o tumbaga, son piezas muy variadas, que sin embargo mantienen ciertos atributos básicos, y tienen una amplia distribución en el occidente y norte de Colombia y el istmo centroamericano. (Falchetti, 1978). Los ejemplares más antiguos fueron producidos en el suroccidente colombiano, en una época tal vez anterior a los comienzos de la era cristiana.
Algunas piezas del occidente colombiano, son contemporáneas de la tradición quimbayoide, como los ejemplares con rasgos faciales quimbayoides procedentes del macizo antioqueño (Lám. 10) y piezas halladas en el valle medio del río Cauca y el Chocó, que por sus rasgos tecnológicos y sus formas presentan gran similitud con ejemplares centroamericanos (Falchetti, 1978) incluidos en el "Grupo Internacional" (Bray, Ms.).